Su propósito es visibilizar los patrones de feminización y masculinización en la ciencia política, proporcionar un mapa de calor de la distribución de hombres y mujeres en las subdisciplinas, y ofrecer evidencia sólida que sirva para fomentar una mayor diversidad e inclusión.
El Proyecto InES Género, dependiente de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción, publicó recientemente los resultados de su concurso InvestigadorAS, iniciativa que busca disminuir las brechas de género en I+D+i+e, repensar líneas de investigación con perspectiva de género e impulsar trayectorias científicas en esta misma área.
En este contexto, la profesora colaboradora del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política, Mg. Susana Riquelme Parra, fue una de las 8 seleccionadas de la convocatoria con su proyecto “Trayectorias de mujeres académicas en la Ciencia Política Latinoamericana: Superando la brecha de género en una disciplina masculinizada”, cuyas co-investigadoras son las doctoras Violeta Montero Barriga, Waleska Schumacher Aravena, Lucía Miranda Leibe (Universidad Católica Silva Henríquez) y Julieta Suárez-Cao (Pontificia Universidad Católica de Chile).
Respecto a las razones de su postulación, destacó que es una medida afirmativa que procura potenciar el desarrollo de las carreras académicas de mujeres de la Universidad, además busca visibilizar y valorar su aporte en una disciplina que ha sido históricamente masculinizada.
“Esta motivación se fortalece a medida que avanzo y me planifico para finalizar mi tesis doctoral sobre el mismo tema, después de inspiradoras conversaciones y aprendizajes con grandes mujeres que he conocido en la Red de Politólogas, como la Dra. Flavia Freidenberg Andrés, la Dra. Julieta Suárez-Cao y la Dra. Lucía Miranda Leibe, quienes me inspiran y me impulsan a profundizar en este campo y trabajar por la equidad de género en el ámbito académico”.
Consultada por su vínculo con las co-investigadoras y también profesoras del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política, Violeta Montero Barriga y Waleska Schumacher Aravena, expresó que “hemos logrado generar un trabajo colaborativo enmarcado en valores de sororidad académica, por lo que me gustaría fortalecer redes y potenciar la investigación con otras profesoras igualmente, ya que han sido claves”.
La candidata a Dra. en Política y Gestión en la Educación Superior, enfatizó que, durante un periodo de dos años, “los principales desafíos serán cumplir con el compromiso de publicar al menos dos artículos en revistas de la Web of Science (WOS), lo cual requerirá un análisis riguroso de una investigación de carácter mixta, que esperamos sea lo más sólida posible”.
Del mismo modo, afirmó que se enfrentan al reto de contribuir en la formación de tesistas del Magíster en Política y Gobierno y memoristas de la carrera de Administración Pública y Ciencia Política, que quieran abordar temas relacionados con los objetivos de la investigación. “Este esfuerzo implicará no sólo asesorar a las/os estudiantes, sino también ayudarles a conceptualizar y desarrollar estudios comparativos entre Chile y otros países de América Latina. Otro desafío será la participación en congresos y el desarrollo de coloquios en nuestra casa de estudios con mujeres de la ciencia política”.
Sobre el proyecto
Denominado “Trayectorias de mujeres académicas en la Ciencia Política Latinoamericana: Superando la brecha de género en una disciplina masculinizada”, el objetivo general de la investigación es analizar las trayectorias académicas de las mujeres en la disciplina de la ciencia política en las universidades de América Latina, describir su influencia de redes y determinar la proporción de hombres y mujeres en las diferentes áreas de especialización de las mismas.
“Los principales lineamientos de este análisis, se centran en identificar los obstáculos a los que las mujeres se enfrentan al intentar ingresar y permanecer en la academia, en comparación con sus colegas hombres. Este esfuerzo se extiende, en parte, a la exploración de la presencia o ausencia de políticas y prácticas institucionales que apoyen la conciliación entre las responsabilidades de cuidado”, enfatizó la profesora.