El evento organizado por El Mostrador y a Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, abordó el tema de la "Organización administrativa del Estado: centralismo vs. regionalización/descentralización; ¿Estado plurinacional para Chile?; modelos de autonomía de los pueblos originarios".
¿Será posible lograr el desarrollo armónico de la Sociedad Chilena en las respectivas regiones dentro de la forma jurídica de Estado unitario existente en la actualidad y reconocida en el artículo 3 de la Constitución política del Estado?, con esta interrogante el profesor del Departamento de Derecho Público de nuestra Facultad, José Bidart Hernández, comenzó su exposición.
Llegando a la conclusión que, la organización político-administrativa basada en el Estado unitario ha acentuado gravemente el centralismo y se ha transformado en un flagelo para todos los propósitos del Estado nacional chileno constitucional contemporáneo. “Estamos convencidos que un Estado moderno en Chile está muy lejos de satisfacer su finalidad esencial que es el bien común, a través de la organización unitaria del Estado Unitario Descentralizado contenida en la Reforma de la ley 21073 del 22 de febrero de 2018, 21074 del 15 de febrero del mismo año y 20990 del 5 enero de 2017 que creó el cargo de Gobernador Regional”, puntualizó el profesor Bidart.
Dentro de su presentación, el docente que imparte la asignatura de “Derecho Constitucional” señaló que “la organización que debe establecerse paulatinamente es la del Estado Regional. Ella es compatible con la historia institucional y administrativa de nuestro país, a pesar que esto despierta un enorme temor y desconfianza en los partidos políticos y las tendencias centralistas. El Estado Regional tiene identidad propia, pues no puede ser incluida entre los Estados compuestos, dado que la región política es conceptualmente una persona jurídica de derecho interno, y nunca podrá ser catalogada como Estado miembro. No puede formar parte del Estado unitario, ya que éste tiene un solo centro político y el Estado Regional varios centros políticos”,puntualizó.
El docente también se refirió al Estado Unitario mencionando que “este produce graves ineficiencias administrativas, reduce y limita el crecimiento económico y la productividad. Por ello, es necesario corregir y modernizar profundamente el sistema de inversión pública, para asegurar la reducción de las desigualdades territoriales arbitrarias y concurrir a la búsqueda de asegurar una provisión lo más equivalente posible de bienes públicos, evitando seguir aumentando las brechas, como ha venido ocurriendo con el permanente riesgo de una discrecionalidad política que favorece una priorización de inversión pública con criterios de rendimiento electoral”.
En el fondo la reforma acepta que nuestro Estado de Derecho constitucional no es capaz de resistir una estructura regional con autoridades elegidas popularmente que no contenga en su estructura verdaderas bisagras (Delegado Presidencial Regional y Delegado Presidencial Provincial) que eviten una supuesta oposición o diferencias que podrían presentarse entre el Estado Unitario que contiene un solo centro de poder y las regiones respectivas lideradas políticamente por autoridades ahora, elegidas democrácticamente.
Al finalizar su presentación, el especialista fue enfático en señalar que “cualquiera sea el destino que tenga la ley que convoca para el 2021 a elección de Gobernadores no se puede seguir en materia de descentralización improvisando más. La Reforma es un hibridaje con muchas interrogantes para su aplicación ¿Valdrá la pena ponerla en práctica? o mejor, será suspender su puesta en marcha hasta que se realice una reforma integral con un gran acuerdo nacional que implemente las mejoras necesarias a la actual reforma y se dicten las leyes que faltan sobre Traspaso de Competencias y Ley de Rentas Regionales. El paso siguiente tiene que ser uno que nos encamine al Estado Regional y no a uno que nos conduzca a frustraciones ciudadanas y que nos haga retroceder a un mayor centralismo”.
